martes, 22 de junio de 2010

Martín Prado agradece a su mamá por su éxito

Convertido ya en más que una historia, una realidad, en el béisbol de las Grandes Ligas, el segunda base de los Bravos de Atlanta viene de una familia que le brindó amor y confianza a pesar de sus limitaciones

Daniel A. Mora (publicado el 18 de junio)

Criado bajo un lazo familiar muy unido, con sólo uno de sus padres guiándolo en el camino mientras vivía en Venezuela, Martín Prado nunca permitió que sus pocos recursos financieros lo hicieran sentir pobre. En cambio, el segunda base agradeces las bendiciones que para él le ha brindado su amorosa madre, cuya ética y trabajo duro, han sido la más fuertes de sus influencias, la cual lo llevó en primer lugar a unirse a la organización de los Bravos de Atlanta.

“Fue un largo proceso para mí”, comentó Prado en una entrevista al sitio oficial de su novena. “Ahora que estoy aquí, sólo trato de hacer lo que sé y ser lo mejor que pueda. Cuando tienes a alguien como tu mamá a tu lado, me hace recordad todos los días desde dónde es que venimos”.

“No fuimos una familia pobre, pero como todo el mundo tuvimos malos ratos. Recuerdo todo lo duro que ha sido llegar aquí, de pensar de dónde provenimos y cuánto tiempo hemos esperado por este momento, te hace apreciar todos los días que estés en esta posición”.

Atlanta guió sus pasos

Firmado en el 2001 por los Bravos, Prado no tuvo un pasaje maravilloso por las menores, porque a pesar de ser considerado un excelente bateador, su defensa no le ayudaba en el proceso, siendo considerado en su momento un prospecto de mediano nivel, quien sería como mucho, un utility en las Grandes Ligas.

Ahora en la que es su tercera campaña completa en el más alto nivel, Prado ve todos los días en el lineup titular su nombre al lado de la segunda base, en donde se ha establecido a él mismo como uno de los mejores bateadores y encontrando su nombre entre los que tienen chance de ir al Juego de las Estrellas.

Sin contar la jornada de anoche, el criollo sumaba 13 hits más que cualquier otro jugador de la Liga Nacional, mientras que su average de .333 era el segundo mejor del Viejo Circuito. “Creo que es uno seguro”, dijo su mánager Bobby Cox con respecto a los chances del criollo de llegar al clásico de mitad de campaña.

Lo que sea que le haya faltado al criollo en aptitud atlética, Prado sacó la cara con su deseo de hacer cualquier cosa posible para sacar provecho de la oportunidad única, y así darle una mano financiera a su familia y en especial a su madre, quien fungió como patriarca de la casa a la vez que hacía el papel de mamá.

Detrás de cada gran hombre…

Irma Prado es la protagonista de esta historia, madre que le dio el sustento a su hijo al tener dos trabajos a la misma vez, incluyendo un puesto de comida en el parque de pelota local, en donde su hijo Martín desarrollaba sus destrezas como beisbolista.

“Dios y mi mamá tienen el mismo propósito para mi, que es nunca te rindas. Mi madre lo hizo todo para mí y mis hermanos”, comentó el criollo.

Martín Prado debutó el 23 de abril de 2006, con un triple en su primer partido, luego tuvo que conformarse con varios viajes entre las menores y el equipo grande, en donde encontró un sitio duradero el comienzo del 2008. Ese año una lesión en el pulgar izquierdo lo sacó del juego por dos meses y tras regresar en julio, fue utilizado principalmente como bateador designado.

Pero al final de la campaña, en los últimos dos mese, Prado inició 36 veces y bateó para .346, jugando además en cada una de las posiciones del cuadro interior, excepto el campocorto. También jugó en los jardines.

“Siempre he sido un gran fanático de Martín Prado”, dijo el careta todos estrellas del equipo, Brian McCann. “Cuando jugué con él en elas menores, dije que ganaría un título de bateo”.

A pesar de todo eso, en el 2009 volvió a comenzar en la banca, pero luego de que Kelly Johnson fallará en su labor durante mayo y junio, Prado volvió a un lineup de donde nunca volvería a salir.

“Prado seguía y seguía bateando, fue imposible sacarlo del lineup”, dijo Cox.

Ya como titular indiscutible en los Bravos por casi un año, el criollo puede mirar atrás y orgullosamente recordar de dónde viene y todo lo que ha pasado para llegar a donde está.

“Mi madre siempre me dijo que si no iba a dar el 100 %, entonces tenía que renunciar”, agregó. “Hay días en que cometeré un error o terminaré el día de 5-0 con algunos ponches, no importa. Sólo quiero en ese momento regresar a casa pensando en que di todo lo que había en mí”.


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