viernes, 2 de octubre de 2009

José López cumple promesa en memoria de su hermana

La vida le ha puesto un duro escollo al criollo

El segunda base de los Marineros de Seattle vive la mejor campaña ofensiva de su carrera, a pesar de no tener un tan alto average de bateo. Pero mucho más allá de su buen año, cumplir a su recién fallecida hermana es lo que más importa para él y su corazón

El criollo le cumplió su promesa a su recién fallecida hermana


Daniel A. Mora
danielmora11@gmail.com


Parado al lado del ataúd de su hermana, el segunda base de los Marineros de Seattle le prometió que esta temporada batearía 20 jonrones para ella y su memoria. Fue la promesa final que José Celestino López le hizo a su hermana mayor, Enzy, quien había fallecido el día anterior de un cáncer fulminante.

Y sí que el criollo cumplió y con creces su promesa. Su hermana, Enzy, fue quien realmente crió a José, quien un par de años antes también perdió a otro hermano en un accidente con una moto. Enzy se lo llevó a vivir cuando tenía 10 años , ayudando un poco a su madre a cargar con el peso de otra media docena de hermanos que vivían juntos en su casita del estado Anzoátegui.

A pesar de que todos vivían cerca y que José veía a su madre todos los días, fue su hermana quien le daba lecciones de vida, quien lo acompañaba en las buenas y en las malas y por las noches le arropada y le habla de las cosas buenas y malas que día a día enfrentaba.

Fue ella quien le ayudaba con sus tareas de la escuela, quien lo consolaba en duros momentos y quien guió a José Celestino a comprender que era un mejor jugador de béisbol que de fútbol, su otra pasión cuando joven.

Fuente de inspiración

En una entrevista llevada a cabo por The Seattle Times, López se dejó llevar por el momento y compartió con aquellos que no conocen esa historia tan personal y trágica de su vida.

“Ella me dijo, cualquier cosa que hagas, solamente se feliz haciéndola”, comenzó López la entrevista.

Y así lo hizo, escogiendo el béisbol como una carrera a la que ama y que le ha dejado millones y millones de dólares para disfrutar de una vida mejor a la que llevaba de chamo. Sin embargo, allí estaba López en el funeral de su hermana y guía, quien a los 36 años cayó fulminada por un cáncer, dejando atrás a cuatro hijos y una vida de enseñanzas. El segunda base se tomó el tiempo para agradecer todo lo que Enzy hizo por él en la vida y de pasó le hizo una promesa que día a día aumenta con creces.

“Le prometí en su funeral batear 20 jonrones”, dijo López. “Le dije, voy a batear 20 para ti”. Por estos días ya suma 25.

No fue algo fácil prometer algo que antes nunca había conseguido, y es que la mejor campaña del criollo fue el año pasado, cuando logró 17 batazos de cuatro esquinas, sumando a eso que tuvo un arranque de campaña para el olvido.

Su mejor amigo en Venezuela, Luis Rangel, estuvo a su lado en el funeral cuando José hizo la promesa y cuando logró la meta le envió un mensaje de texto felicitándolo. “Me escribió y me dijo, `lo hiciste mi pana´”, comentó López.

No ha parado de batear

Desde que el pelotero de Seattle arribó a los 20 jonrones, nunca ha dejado de batear, sumando 25 bambinazos y con la oportunidad de seguir engordando sus números. Ya además de superar esa marca, ahora está a sólo 8 remolques de las 100 traídas al plato, dejando atrás su mejor marca que estableció el año pasado con 89.

Aunque la vida le ha fallado en sonreirle a veces en lo personal, López ha gozado de una buena carrera en las Mayores, y apenas tiene 25 años. Los Marineros tiene que comenzar a decidir si se quedarán con el criollo en un futuro próximo, y es que se ha especulado mucho con respecto a su salida y a sus falencias defensivas.

Sus campaña también ha tenido altibajos, quizás por la enfermedad de su hermana al comienzo de la campaña. El día que el criollo regresó a Venezuela para el funeral de Enzy el 18 de junio, apenas beteaba .248, pero desde que regresó el 25 de junio, ha conseguido conectar para .281.

Aunque José Celestino comentó que no quiere dar excusas con respecto a su rendimiento, confesó que estaba fallando mucho y que no podía concentrase. Apenas habían pasado dos años desde que su hermano Gabriel había fallecido en un accidente con una moto, justo cuando jugaba una serie en Chicago.

Aquella vez se enteró por una llamada telefónica, y a sabiendas de que no llegaría a tiempo para el funeral, López decidió quedarse con el equipo. Desde ese día, la muerte de su hermano lo consumió y su temporada se fue a la borda.

Este año no ha sido distinto para él, puesto tuvo que lidiar con la lucha de su hermana contra el cáncer, una lucha que ya sabía él estaba a punto de perder.

“Ha sido una temporada muy dura. No es una excusa, pero no me sentía bien. Mi hermana estaba muriendo y yo estaba jugado béisbol todos los días. No se sentía confortable, pero intenté mantener mi mente fuerte”, dijo el criollo.

Confesó que hablaba con su hermana al menos par de veces por semana, pero que a veces ella estaba muy débil como para responderle. “No quería hablar tanto con ella. No quería sentirme tan mal adentro, y es que si habla con ella a diario, luego de eso me sentiría peor por dentro. Ella ni podía hablar por teléfono”.

La llamada trágica llegó el 17 de junio pasado, antes de un juego interliga ante los Padres y en San Diego. Sus padres le dijeron que se apurara en regresar a Venezuela para despedirse de su herman puesto ya no le quedaba mucho tiempo.

López intentó coger inmediatamente un vuelo, pero le dijeron tenía que esperar hasta la mañana, por lo que esa noche jugó ante los Padres y conectó un jonrón.

Su hermana murió justo después del juego, pasada la 1 a.m., justo horas antes del vuelo de José a Venezuela. Esta vez, distinto a la muerte de su hermano, el criollo decidió estar con su familia. No fue fácil confiesa, pero dijo que de cierta forma le ayudó a cerrar un poco el capítulo de hace dos años, cuando no pudo estar con los suyos.

“No dormí durante dos noches”, dijo. “Simplemente no podía”.

Cierre de un ciclo

Luego de la muerte de Enzy, José se quedó en casa ayudando a su cuñado y a sus cuatro sobrinos (de 11, 15, 16 y 18) a pasar por el mal momento. Fue durante esos tiempos que surgió la idea de la promesa de los 20 jonrones.

Cuenta que durante su primera campaña en Venezuela con los Cardenales de Lara, cuando tenía 18 años, comenzó el año de 9-0 en sus primeros dos juegos, algo por lo que los medios lo presionaron mucho.

“Ella me sentó y me dijo que no me preocupara”, dijo López. “Me dijo, `yo creo en ti y tranquilo que vas a conseguir un hit la próxima vez que juegues. Así que ya para de preocuparte y simplemente juega a lo tuyo”.

Su próximo juego llegó en la carretera y se fue de 4-4. Al día siguiente consiguió par de hits más. Cuando regresó a casa, López le regalo a su hermana la bola con la que conectó su primer hit como profesional.

“Para mí ella era una amiga. Le contaba todo y ella siempre escuchaba. Era una gran hermana, pero a la vez una gran amiga”, agregó.

José Celestino López no las ha tenido fácil consigo durante una carrera plagada de esfuerzo, pasión y tragedia en su familia. Al mismo tiempo admitió que nada pudo prepararlo para lo que ha pasado en su vida por segunda vez en la misma cantidad de años.

El regreso de su esposa Katerine a Seattle con su hijo de dos años, tras un mes en Venezuela, le ha ayudado a mejorar un poco su entorno. Pero igualmente algunos días son fuertes para el criollo, quien se fue de 5-0 en su primer juego desde que volvió del funeral de su hermana. Sin embargo conversó luego con él mismo y se dijo y recordó que a veces no todas las cosas siempre estarán bien.

“Me dije a mi mismo, esta es mi familia pero este es mi trabajo también. Tengo que mantenerme fuerte. Miembros de mi familia han muerto, pero no quiero tirar mi trabajo por la borda, quiero seguir avanzando. Y la única manera en la que puedo seguir ayudando a mi familia ahora es que yo siga haciendo bien mi trabajo”, concluyó.

López ya suma 25 jonrones y está a sólo 8 de llegar a los 100 remolques por primera vez

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