viernes, 31 de julio de 2009

Esteroides... lo que es y lo que seguirá siendo

Con el reporte publicado por el New York Times el jueves, en donde se incluían los nombres de David Ortíz y Manny Ramírez entre los 103 peloteros que resultaron positivos en una prueba llevada a cabo en el 2003, el mundo pegó un grito al cielo, pero la pregunta verdadera es: ¿Hasta cuándo?

Ortíz está en pleno ojo del huracán tras haber mentido acerca de su consumo de sustancias prohibidas

Daniel A. Mora
danielmora11@gmail.com


Tocar el tema de los esteroides es algo complicado, como todo lo que rodea al béisbol, pero a estas alturas de la vida, hay que prestar atención, ¡una vez más!. El New York Times reportó el jueves que la brecha informativa que ya bastante daño le ha hecho a este deporte, había regresado para esta vez incluir en la famosa lista de peloteros que resultaron positivos en la famosa lista de sustancias no prohibidas en el 2003, a los dominicanos David Ortíz y Manny Ramírez.

Esta bien, no es sorpresa para nadie lo de Manny, quien ya cumplió 50 juegos de suspensión esta campaña por usar una sustancia que produce una testosterona elevada, y que de paso es para mujeres. Pero lo de el “Big Papi” incluso ha causado más impacto, no por el hecho de que nadie lo esperaba, sino porque al slugger de los Medias Rojas de Boston se le ocurrió decir durante la pretemporada de este año, que el uso de sustancias prohibidas debería ser erradicado y que los culpables tenían que pagar por ello.

Incontables veces repitieron los noticieros deportivos aquella entrevista de Ortíz, por aquellos días con el caso de los esteroides al rojo vivo tras la inclusión en la mal famosa lista de Alex Rodríguez. Nadie defiende a quienes han fallado, pero entandamos par de cosas, antes del 2003 ni siquiera era prohibido el uso de estas sustancias y se supone la lista era “anónima”. Sí que lo ha sido, en la continuación de la peor de las novelas: La era de los esteroides.

¿Lista o persecución?

Regresando al 2003, cuando todo inició, las Grandes Ligas y la asociación de peloteros (culpable igual de todo lo que está pasando) le pidieron a sus peloteros que por favor se hicieran una prueba de drogas, para de esa manera tener una idea de qué tan grande era el problema realmente. A Todas estas, este sería el primer control, ni siquiera oficial, puesto que los esteroides no estaban prohibidos.

Se le dijo a los jugadores que los resultados se mantendrían en el anonimato, no relacionando el nombre de los peloteros con los resultados que fuesen positivos. El resultado: 103 peloteros dieron positivos por uso de un sin fin de sustancias que mejoraban el rendimiento físico. Lentamente los nombres comenzaron a ser descubiertos por la prensa, creando un circo de desmedidas proporciones y que parece una historia de nunca acabar.

Tras casi seis años de aquellas pruebas, aún los medios de empeñan en crucificar a todos los peloteros que con el tiempo han sido vinculados a la lista. La pregunta es, ¿hasta cuándo?.

En vez de ir causando una inmensurable cantidad de dimes y diretes, de daños a la reputación uno por uno, la lista del 2003 debe ser definitivamente revelada a la luz pública de una buena vez por toda.

El conocido periodista de Espndeportes, Enrique Rojas, ha echado la culpa rotunda al comisionado de la liga Bud Selig y al jefe de la Asociación de Peloteros, Donald Fehr, pero no sólo ha sido su persona y sus letras, el mundo entero pide que de una buena vez por todas se acaba la cacería de brujas, ahorrando así tiempo y paz mental para todos aquellos que sienten el béisbol, lo juegan, lo aman, lo cubren, lo practican, etcétera, etcétera, etcétera.

Oswaldo Guillén fue rotundo en una entrevista el mismo día que se conoció la noticia de Ortíz y Manny: que revelan la lista Ya. El piloto criollo le dijo a los reporteros que la MLB tiene que caminar por el camino correcto y de una vez revelar todos los nombres que aparecen la la lista “anónima” del 2003. “Cada vez que un nombre sale a los medios todo el mundo se vuelve loco”, dijo Guillén.

La crucifixión vende más medios

Nadie sabe que podría estar pasando por la mente de las personas que revelan de cuanta gotas los nombres de la lista, que por cierto, es manejada directamente desde el Senado de los Estados Unidos. Cada vez que un nombre (han sido 7) ha terminado en los medios, las ventas, la cobertura, absolutamente todo se incrementa, todos lo habla, todos se quejan, pero al final nadie dice realmente nada.

Manny Ramírez se volvió incluso más famoso de lo que ya era luego de la suspensión de este año, y es que al menos a los fanáticos de Los Ángeles realmente no les importa sí lo hizo o no, para ellos un jugador entregado y que batee y a porte cuando lo necesite es todo lo que quieren.

Al final, este deporte siempre ha sido para los fanáticos, para aquellos que aman cada uno de los aspectos. También para aquellos jugadores que van y salen al campo a hacer lo suyo, a buscar una mejor vida, a ganarse el amor de todos. Todo es cuestión de culturas y generaciones, nadie podría siquiera inquerir en el aspecto de que si hace 50 años las tecnologías médicas hubiesen creado los suplementos que hacen ahora, alguno de los jugadores más grandes de este deporte no las hubiesen tomado.

El mismo José Canseco ha dicho que sabe de peloteros en el Salón de la Fama que han utilizados sustancias para mejorar el rendimiento. ¿Quién le dirá algo a ellos?, ya nunca nadie lo sabrá, y por supuesto ninguno de ellos alguna vez lo dirá. Y pensar que Pete Rose está vetado del salón inmortal por unas apuestas.

A pesar de la reputación de Canseco, nunca se ha podido descubrir una mentira del pelotero, quien juró nunca mentir acerca de este problema. Incluso, el tiempo le ha dado la razón luego de que varios señalamientos, al principio tomados como broma finalmente han resultado en grandes y duras verdades. Sino pueden preguntarle a Jason Giambi, aunque también alguna vez nombró en su libro a Wilson Álvarez y a Magglio Ordóñez.

El caso Ortíz


Lamentablemente Ortíz si tomó drogas para mejorar su rendimiento, pero más lamentable ha sido el hecho de su caradura y su hipocresía a la hora de admitirlo. Nunca podrá el “Big Papi” borrar los vídeos en donde habla pestes de los jugadores que usan tales sustancias. Al menos ellos aún están en el anonimato.

El periodista Howard Bryant de la cadena Espn pero en inglés, y cercano a Ortíz, reveló en su columna que a principio de esta campaña el dominicano lo llamó a su casa personalmente para darle una entrevista que duró más de una hora, y en donde el slugger defendía su limpieza y sus métodos sanos a la hora de afrontar su carrera. Como se dice en Venezuela “cavó su propia tumba”.

“El 12 de mayo Ortíz me llamó a mi casa, preocupado debido al por qué los fanáticos creían que su slump de principios de campaña eran prueba que en una era de fuertes pruebas por drogas, Ortíz no estaba consumiendo más drogas que mejoraban el rendimiento físico. Él me llamó para defender su reputación y sus logros, para preservar la legenda del `Big Papi´”, decía Bryant en una nota en donde se mostró bastante conmovido.

Manny nunca mintió, tampoco nunca lo ha aceptado, pero al menos el que nada de esto le importe y el que nunca le haya prestado atención se ve incluso mejor que lo que hizo Ortíz. Está bien, a lo mejor podría él haber creído su nombre nunca saldría a la luz pública. Sin duda que tuvo que haberlo pensado mejor.

A los fans de Boston

Hay que aceptar la realidad, aunque no se comparta, Manny y Ortíz ayudaron a ganar par de Series Mundiales, unas que desde el jueves han perdido credibilidad. “Lo único que es más triste que las continuas `revelaciones´ de nuevos nombres y nuevas drogas, con la excusas que le siguen”, escribió Curt Schilling ayer, un pitcher que va directo al Salón de la Fama.

Ortíz ya dijo que tras las investigaciones y que cuando sepa más, él explicará por qué fue que dio positivo y que no esconderá anda, que lo dirá todo. Probablemente ya sea tarde.

Pero una cosa hay que dejar claro, por mucho que de esteroides se hable, por mucho que se diga de aquello de mejorar el rendimiento, los grandes bateadores no se hacen a punta de puyas. Hay que ser realmente bueno para conectar 30 o 40 jonrones, también para batear en momentos claves, saber llevar la bola hacia el lado contrario, entre otras cosas.

No todo es tan fácil como “soplar y hacer botella”, o en este caso, puyar y hacer a un gran pelotero. Desde David Ortíz, hasta Barry Bonds y Roger Clemens, sin duda hay que defender que no fueron grandes gracias a estas sustancias, se necesita muchísimo más que eso.

Entonces pasa que cualquiera va, se puya y de repente es Barry Bonds. Ciertamente no.


Manny se volvió incluso más popular de lo que era con este rollo, pero él ha sido inteligente

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